LOS ARQUITECTOS QUE NO SE CASARÁN CON EL SOFTWARE
Como nos afecta la evolución de las prácticas de la arquitectura en la era digital?
El arquitecto promedio, desde el inicio de la licenciatura hasta llegar a su carrera profesional, busca dominar las herramientas necesarias para ser eficiente dentro de la práctica profesional. Estos medios de trabajo le ayudarán a desarrollar sistemas que podrán ser cambiantes o en otras ocasiones inmutables. Esto condicionará sus formas de trabajo que además irán relacionadas a la época en la que el arquitecto se formó en la disciplina. Estas variantes pueden ser desde como se corta la pieza de una maqueta, hasta como se gestiona la información de un proyecto urbano.
En la arquitectura, utilizamos los elementos de un lenguaje universal que nos permite comunicar ideas, intenciones y apreciaciones de lo que vemos, entendemos y pretendemos. La naturaleza colaborativa de la práctica nos obliga a empatar estrategias de trabajo con las corrientes globales que se encuentran vigentes al día de hoy.
Vivimos una evolución constante de la disciplina y de las herramientas con las que trabajamos. La nueva era digital nos exige ser más eficientes y rápidos, además de que nos exige reducir nuestros márgenes de error, manteniendo una inercia exponencial que pone a prueba los valores y capacidades que cada individuo tiene dentro de su propia práctica.
Siempre habrán condiciones, pensamientos y tradiciones que busquen conservar las viejas costumbres que a lo largo de la historia han logrado dar buenos, malos y excelentes resultados en las formas de diseñar. Habrá arquitectos que no busquen cambiar su metodología o sus herramientas de trabajo, habrá otros que delegarán esto a miembros más jóvenes de su equipo y también habrá quienes busquen evolucionar sus métodos de manera continua.
“Si la cosa sigue así, al hombre se le atrofiarán todos los miembros salvo el dedo de apretar botones.” -Frank Lloyd Wright
El Medium Shift
Las nuevas generaciones presentan condiciones que las diferencian de las pasadas (como todas), pronto empezarán a graduarse arquitectos que nacieron con celulares y tabletas a su alcance desde el día uno. Las herramientas digitales ya no las adoptarán en algún punto de la vida, si no que habrán estado ahí desde siempre, ahora estas serán normalizadas y a la vez serán más demandantes para la práctica y para la vida en general.
“Un gran poder conlleva una gran responsabilidad” -Uncle Ben
Se debe considerar que en las últimas décadas los medios digitales se han encargado de revolucionarse a sí mismos y nos han abierto un abanico de posibilidades para ejercer la arquitectura de maneras que hace veinticinco años no figuraban en el mapa de las estrategias efectivas del diseño.
Inteligencia artificial, Construcción virtual, Diseño generativo, Realidad virtual, Fabricación digital y Diseño paramétrico son ejemplos de herramientas que actualmente se desarrollan y se adoptan a una gran velocidad.
El primer instinto para continuar vigentes en nuestra practica es comenzar a adoptar algunas de estas nuevas herramientas de manera parcial, esto para no ser percibidos como arquitectos obsoletos por nuestros clientes y nuestros colegas, cuidando no abandonar el sistema de trabajo que ya dominamos.
“Una vez que una nueva tecnología rueda sobre uno, si no se es parte de la aplanadora, se es parte de la carretera.” -Stewart Brand
A pesar de esto es el deber del arquitecto contemporáneo tener una conciencia de cómo funcionan estos medios que nos permiten lograr que la práctica evolucione con el mundo y nos brinde la posibilidad de tener un mayor alcance. Con esto obtenemos mejor acceso a la información y mayor exactitud en nuestras gestiones de proyectos, lo cual nos exige nuevas responsabilidades pero nos ofrece mayores posibilidades.
Teoría vs Práctica
Además de adoptar estas formas de trabajo vanguardistas, el otro gran reto será no comprometer los valores que priorizamos al momento de proyectar arquitectura. Estos no se deben contrariar con las herramientas que no dejan de ser solo eso, medios para generar y trabajar las ideas, de lo contrario solo desarrollaremos habilidades técnicas que carecerán de un propósito significativo y real para la vida.
Debemos entender que las herramientas digitales ofrecen maneras más accesibles y efectivas para trabajar, pero que sin un trasfondo teórico el diseñador se vuelve solo un operador de estas técnicas y un arquitecto no puede sustentar su práctica solo dominando el software. Por esto hay que empatar el dominio de las herramientas con la valorización de la arquitectura que el mundo necesita, solucionando los problemas de diseño más urgentes que se nos presentan.
Esta situación se ha vuelto la condicionante principal para poder formar parte del mundo colaborativo de la arquitectura. Las tendencias globales apuntan a formas de trabajo dependientes de las nuevas tecnologías y aunque las ofertas de trabajo priorizan el software que cada prospecto domina, aprender el software no será el reto del futuro.
A partir de hoy, el reto será asignarle a los medios y herramientas de trabajo el papel que más favorezca a la practica, para no volvernos esclavos unidireccionales siguiendo el camino ciego que una computadora nos indique.
“La tecnología es un siervo útil, pero un amo peligroso.” -Christian Lous Lange
