LA IDEA SIGUE A LA FUNCIÓN
El concepto de Forma en la Teoría arquitectónica
Constantemente se ha cuestionado el uso que le damos al concepto de la Forma dentro del estudio de la arquitectura. Si ahondamos en los usos filosóficos y teóricos de Forma, encontraremos planteamientos que nos permiten comprender la complejidad de este termino y de cómo se vuelve más relevante en la práctica arquitectónica y en la visión del futuro del diseño.
En la educación arquitectónica actual, el concepto de Forma comúnmente se simplifica para explicar la figura geométrica física del objeto al que nos referimos. En latín la palabra Forma se utilizó asociada a la “idea, figura, imagen”, en el principio con este término se designaba a la figura interna de algo captable con la mente, conformando la esencia de las cosas. Para Aristóteles, la forma era el valor que distingue a la idea mental de la materia física del objeto.
Platón estableció una fuerte diferenciación entre lo que percibimos a través de los sentidos (materia) y lo que podemos llegar a conocer por medio del razonamiento (ideas, formas). Mediante el uso del lenguaje y de la dialéctica, las formas se convierten en la base del conocimiento, y deben permitir explicar también el mundo que muestran los sentidos, sujeto a un constante cambio.
Unos años atrás comencé a “coleccionar” estas frases de libros, ensayos, conferencias y clases, frases que buscan explicar a que responden las ideas de la arquitectura ya sea de un autor, un periodo, un movimiento o incluso de una obra en especifico.
“La Forma siempre sigue a la función” -Louis Sullivan
“La Forma no sigue a la función, sino que la función sigue a la deformación” -Mark Wigley
“La Forma sigue a la ficción” -Bernard Tschumi
“La Forma sigue cualquier cosa” -Peter Zumthor
“La Forma sigue a la belleza” -Oscar Niemeyer
“La Forma sigue a la fruición” -Dr. Marco Antonio Ortiz Flores
“La Forma sigue a la forma” -Hernán Diaz Alonso
Si consideramos el concepto de forma en toda su extensión y su complejidad, estas afirmaciones se pueden entender como variantes teóricas, históricas, criticas y analíticas personales. Si las formas las llegamos a conocer por medio del razonamiento y llegan a existir en la concepción personal de las ideas, podemos considerar que cada arquitecto o diseñador contará con una serie de conocimientos empíricos que determinarán su proceso de trabajo con las formas arquitectónicas.
Esta dinámica engloba los procesos creativos que se verán afectados por los valores personales que cada arquitecto priorice en sus proyectos, ya sean funcionales, expresivos, tecnológicos, orgánicos, formales, racionales etc. dotando al objeto arquitectónico de un carácter individual del arquitecto que puede llegar a ser percibido por los habitantes pero que solo el autor podrá comprender y analizar en su totalidad por medio de la experiencia.
Estudiar a la forma desde una perspectiva teórica y filosófica en lugar de tratar de encasillara en lo estilístico o lo histórico, nos presenta la posibilidad de generar un análisis critico que relacione los procesos del autor con su obra, logrando así un mayor entendimiento del conocimiento y de los valores que este transmite a través de su trabajo.
